Entradas

Mostrando entradas de 2025

Transverberación

  Cerró la puerta con un clic suave. Una casa vacía, y dentro, ellos: M y F. La levedad del clic sonó como una señal reverente, como si cada átomo de la estancia se dispusiera a recibir lo sagrado de lo que estaba por ocurrir. Era de noche. El silencio, fuera y dentro, se sostenía con un respeto casi litúrgico. Era abril. Por la ventana abierta se colaba la segunda luna llena de esa primavera, rielando entre el leve ondeo de la cortina. Una brisa suave perfumaba la estancia de tomillo, retama, mimosas y resina quemada. Dentro, solo la luz trémula de una lámpara. Su resplandor arrojaba sombras alargadas que trepaban por el suelo y las paredes, como espectros informes estremeciéndose con la quietud expectante del aire. No era miedo lo que los inmovilizaba, era algo ancestral: dos cuerpos descalzándose por un saber heredado de siglos, como si escucharan aquella voz tronante que les susurraba: “desnuda tus pies de las sandalias, pues la tierra que pisas es tierra sagrada”. M dio la e...

De rebus nondum scriptis

Quería escribir sobre algo, pero no sé de qué. Me he puesto frente a una entrada en blanco y de inmediato he decidido dejar fluir la conciencia. Un ejercicio de escritura casi automática, pero menos inconsciente y más coherente, supongo y espero.  Mientras abría Blogger,  me he preguntado "¿de qué quieres escribir hoy?". La tentación es volver a lo de siempre, al tema clásico y manido del amor. Profundizar una vez más en la abstracción, en la metacognición, en la (ausencia de) experiencia en ese campo y en el deseo (obsesivo) de lograrlo. ¿Merece la pena? ¿Otra vez? Ya ni lo sé.  Podría escribir sobre otro cliché resumido en una frase que escuché hace tiempo ("lo que realmente cambia nuestra vida es eso que nos sorprende una anodina tarde de martes cualquiera") y cómo todo en lo que creía y sentía seguro empezó a tambalearse, a derrumbarse. Muchos conocéis esa sensación, estoy seguro. No es agradable, pero he aceptado, creo, que es parte de la vida y que la mía ha ...

Wish you were here

Es sábado por la noche, otro sábado por la noche más. Otro sin planes. Las 22:30 de la noche. Tengo una lista de reproducción de Spotify en aleatorio con música a un volumen bajo. La música no es animada, he de reconocerlo. Es la música que uno se pone a escuchar un sábado por la noche, en casa, sin planes. Miro por la ventana. Al fondo, este Madrid de siempre. La música mantiene ciertos pensamientos a raya, pero cuando suena la canción equivocada, se libera la nostalgia como si se abriera una presa... Reconozco esa canción en los primeros acordes: "Wish you were here"-Pink Floyd. Noto crugir el portón mental. Una gota se convierte en regato, el regato en chorro, el chorro en manga, la manga en furia de agua libre. Elijo pensar. Activo la repetición de la pista. A veces, es bueno dejar salir el agua. Ojalá estuvieras aquí. Tú, que ni siquiera sé si existes o exististe: ojalá estuvieras aquí. Simplemente sentado junto a mí, observando ese Madrid, distinto y el mismo, y ...