Larra y Yo o Cuando el amor mata

 Mariano José de Larra: un hombre cargado de frustraciones, reflexivo, dado a la introspección, disolvente, solitario. Larra fue un hombre sin amigos, o con pocos amigos. Un tipo empeñado en preparar durante toda su vida la pistola que le iba a levantar la tapa de los sesos.
Su primera y su última frustración fueron amorosas. Resulta curioso encontrar en un talento literario de tal magnitud un comportamiento sentimental tan inexperto, una inestabilidad emocional tan desmedida. Todo esto le cargó de frustraciones. Pero no sólo fueron amorosas. La lista es copiosa. Larra es el hombre que intentó mil cosas y sólo acertó en una. “En cada artículo entierro una esperanza o una ilusión”, nos dice en uno de ellos. Sólo en esto acertó.
A los 20 años se casa con Josefina, una joven sin sustancia, superficial, aniñada y ridícula, una mujer que poco o nada iba a aportar en la vida de un hombre con inquietudes literarias. Sin duda éste fue el gran error sentimental de Larra, no será su primera decepción.
Pero el gran amor de su vida se llamaba Dolores Armijo y estaba casada con el hijo de un conocido abogado. Relación adúltera por tanto entre ambas partes. Pertenecía Dolores a ese tipo de mujer elegante que interesa y rinde, cultivada, discreta, graciosa, atrevida, eterna soñadora de una gran pasión que cuando llega viene siempre acompañada de inconvenientes que ella prefiere evitar refugiándose en el sereno aburrimiento de su vida conyugal. La mujer que primero se revela ambiciosa y vehemente en su pasión para luego negar el desafío y exigirle a su amante la tranquilidad de un amor discreto y duradero.

Larra la conoce en un salón madrileño y pronto se reconoce trastornado. Corre el año de 1830. Sólo hace uno de su boda con Pepita.
En 1834 Larra se separa de su mujer, y otro tanto ocurre entre Dolores y su marido .Dolores se retira de los chismes de Madrid a Extremadura primero y luego a Ávila. Nuestro escritor siguió a Dolores hasta Extremadura. Pero lo cierto es que no se encontraron, pese a coincidir en Badajoz. De allí partió hacia Lisboa, donde se embarcó hacia Londres.
Todo el año de 1835 lo pasa Larra fuera de España, viajando por Europa.

¿Reanudaron Dolores y Larra su relación al regreso de éste en diciembre de 1835? Sí
Y ¿qué llevó a Dolores en Febrero de 1837 a tomar la decisión de volver junto a su marido en Manila, tras casi tres años de separación?¿Buscó Larra tras su fracaso de intentar introducirse en la política una última razón de ser en Dolores?

El 13 de Febrero de 1837, por la tarde, y acompañada de una de sus cuñadas, Dolores visita a Larra en su casa de la calle de Santa Clara, cerca de la plaza de Oriente, para pedirle unos documentos privados, probablemente cartas que pudieran comprometerla. Es la tarde de la ruptura. Dolores tiene decidido irse a Filipinas.

Es inútil preguntarse por las razones del suicidio de Larra. Desde meses atrás venían repitiéndose en sus artículos, esas auténticas confesiones de un hombre desesperado, alusiones veladas a un posible deseo de quitarse la vida. La visita de Dolores fue la gota que colmó el vaso de su desesperación. Poco después de la despedida Larra se descerrajó un tiro en la cabeza. La bala penetró entre la oreja y la sien derecha, salió por encima de la  sien izquierda, atravesó una puerta vidriera y se instaló en la pared.            

Dolores Armijo no imaginaba que tan sólo unos meses después sería víctima de un desastre inesperado. No sabía que el viejo mercante en el que se embarcó para iniciar una nueva vida no llegaría a Filipinas. No sabía que aquel barco se hundiría a la altura de la costa de Buena Esperanza. Ignoraba que no habría supervivientes.

Y os preguntaréis: ¿dónde está el "YO" del título?... sencilla respuesta de una sola palabra: Implícito

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