¿Cómo hemos llegado a esto?

Es la pregunta que no paro de hacerme hoy por ciertas circunstancias que he vivido indirectamente estos días... no puedo encontrar ninguna respuesta...
He vuelto a ver "Bobby" y hoy, especialmente, la voz en off del final me ha conmovido...

"Hoy no es un día para la política. Aprovecharé esta oportunidad, mi unico acto de hoy, para hablarles brevemente de la insensata violencia que de nuevo salpica nuestro país y la vida de todos nosotros.
No incumbe a una sola raza. Las víctimas de la violencia son negras y blancas, ricas y pobres, jóvenes y viejas, famosas y desconocidas. Son sobre todas las cosas seres humanos a los que otros seres humanos querían y necesitaban. Nadie, viva donde viva y haga lo que haga puede estar seguro de quien podrá ser el siguiente en sufrir por un acto insensato de derramamiento de sangre. Y sin embargo sigue, y sigue, y sigue, y sigue en este país nuestro.
¿Por qué? ¿Qué ha conseguido siempre la violencia? ¿Qué ha creado siempre? Siempre que alguien pone fin a la vida de otro alguien innecesariamente, ya sea en nombre de la ley o desafiando la ley, ya sea un hombre o una banda, a sangre fría o con rabia, en un ataque de violencia o respondiendo a la violencia, siempre que se rasgue el lienzo de una vida que un hombre ha tejido torpe y penosamente para él y sus hijos, siempre que hagamos eso la humanidad entera será degradada.
Y sin embargo parecemos tolerar un nivel creciente de violencia que ignora nuestra común humanidad y nuestras demandas a la civilización.
Demasiadas veces celebramos la arrogancia y la chulería… y a los bravucones. Demasiadas veces excusamos a los que quieren construir su vida sobre los sueños destrozados de otros seres humanos. Pero hay una cosa clara: la violencia engendra violencia, la represión engendra venganza. Sólo una limpieza de toda nuestra sociedad puede arrancar este mal de nuestros corazones.
Pues cuando enseñas a un hombre a odiar y a temer a su hermano, cuando le enseñas que es un ser inferior por su color o sus creencias o las normas que sigue, cuando enseñas que los que son distintos a ti amenazan tu libertad o tu trabajo o tu hogar o tu familia, entonces aprende también a enfrentarse a los otros y no como conciudadanos sino como enemigos, recibiéndolos no como cooperantes sino como invasores que subyugan y someten.
Y al final aprendemos a mirar a nuestros hermanos como extraños; extraños con los que compartimos una ciudad pero no una comunidad, hombres ligados a nosotros en una vivienda común, pero no en un esfuerzo común. Solo aprendemos a compartir un miedo común. Solo un deseo común de alejarse del otro. Solo un impulso común de superar el desacuerdo con la fuerza.

Nuestra vida en el planeta es demasiado corta, el trabajo por hacer es demasiado grande para dejar que ese espíritu prospere por más tiempo en esta tierra nuestra. Desde luego no podemos prohibirlo con una resolución, ni con una ley, pero quizá podamos recordar, aunque sea por un momento, que aquellos que viven con nosotros son nuestros hermanos que comparten con nosotros el mismo corto momento de vida. Que solo buscan, como nosotros, la oportunidad de vivir la vida con bienestar y felicidad, disfrutando lo que la satisfacción y el logro les proporciona.
Seguramente este vínculo de destino común, seguramente este vínculo de objetivos comunes puede empezar a enseñarnos algo. Podemos empezar a aprender por lo menos a mirar a aquellos de entre nosotros que son nuestros semejantes y seguramente podremos empezar a trabajar con algo más de entusiasmo y curarnos mutuamente las heridas y convertirnos otra vez en hermanos de corazón".
Robert "Bobby" Kennedy

He dicho.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Ellos se van, tú te quedas

"A la vida bona"

Reflexiones irreflexivas sobre violencia simbólica y la bandera LGBTIQ+