Segunda Revelación

"Y Vi un cielo nuevo y una tierra nueva, pues el primer cielo y la primera tierra se habían acabado, y ya no había mar. (...) Y limpiará todas las lágrimas de sus ojos y ya no habrá muerte. Tampoco habrá más pesar ni llanto, ni tampoco habrá más dolor, porque el mundo anterior habrá pasado"

Apocalipsis 21, 1-4
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Revelación segunda:

Cuidaos de invocar los nuevos tiempos- dice el Revelador- cuidaos de tener grabado a fuego en vuestras retinas las cosas que aun no se os han mostrado, pues la fuerza de Destino os pondrá en vuestro lugar: Destino impedirá que esas falsas esperanzas se cumplan. Él os atará a una rueda de eterno girar, donde la esperanza de acabar una vuelta se convertirá en el principio de la siguiente. Y la frustración y la oscuridad caerán sobre vosotros.

Así Destino puso al Justo a prueba una y otra vez, se sirvió del corazón más podrido de alimañas humanas como instrumento de sus designios, se vanaglorió de su poder indiscutible. Pero el Justo acabó triunfando. Expulsó de la Vida a los traidores y los apartó a las sombras de su desesperación. Pues mal hicieron los traidores en pensar "este no tiene poder sobre Destino". Y la red de mentiras y sufrimientos que tejieron para el Justo les atrapó a ellos. Y cuando fue demasiado tarde se arrepintieron, pero el Justo ya había pasado sobre sus cabezas envuelto en la gloria.

¡Ay de vosotros- oráculo del Revelador- que impedisteis llegar pronto al Justo a su trono!

El día que el mar de nieblas y oscuridades que tejieron los traidores se disipe, el Justo verá su trono, y como la mujer tras parir sentirá que todo el dolor vivido no será nada cuando ve a su criatura llorando en sus brazos. Aquel día el Justo brillará en su majestad y esplendor, como miles de soles, sus lágrimas se revertirán en risas de gozo y como de la nada aparecerá ante él el que ha de ser inmortal junto al Justo, el Elegido entre miles, que se sentará a la derecha del Justo, y este le mostrará su amor y su magnanimidad, acariciará sus cabellos con incredulidad y besará sus labios, rodeará su cintura y crearán juntos un mundo nuevo y perfecto. Una tierra nueva de una eterna primavera, donde no vivirán más que ellos dos juntos para siempre. Donde las alimañas querrán entrar y serán expulsadas con severidad a su mar de pesadumbres. Los traidores se consolarán con mirar desde fuera y gemirán con ira por haber abierto tarde los ojos.

Así lo profetiza el Revelador aunque el Justo sea incapaz de creerlo, pues sus revelaciones son extrañas a sus ojos, a pesar de ello el Justo siempre conserva algo de esperanza, aunque esté cabizbajo y sin ganas de seguir adelante...



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